lunes, 15 de septiembre de 2008

Bye, bye, expo!

Bueno, como muchos sabréis ya, la Exposición Internacional de Zaragoza ha dado ya su último coletazo. Y como con todas estas historias, va siendo hora de hacer balance. Como yo hice propósito de no aparecer por allí, y lo he cumplido, y nuestros amados políticos ya se van a encargar de hacer el más triunfalista de los análisis, voy a hacer un pequeño ejercicio de crítica, que ya bastante se han mirado el ombligo unos cuantos durante estos meses.

Porque algo no ha tenido que funcionar bien, ni a podido ser ese éxito sin precedentes que muchos predican cuando le preguntas a tus conocidos y todos coinciden en la respuesta: “¿Está bien, pero tampoco te has perdido nada...”. ¿Por qué será? ¿Tal vez porque hay un montón de países que solo han montado un tenderete para vender sus baratijas? ¿Quizás porque en un ciudad en la que en los meses de verano hay 40 grados de temperatura, han montado un tinglado enorme “alicatao hasta el techo”, donde no había ni una sombra ni media? ¿Será porque todo se acabó deprisa y corriendo? Doy fe de que había aceras junto al recinto que parecían un xilófono gigante: tantas losas se movían que podías hacer música con el ruido que hacían al levantarse...

Pero bueno, hay gente a la que este tipo de cosas le entusiasma, lo que la verdad, aún me sorprende. Será que en mi cabecica el concepto de hacer 6 horas de colas para ver un audiovisual de 20 minutos es inconcebible, o que el hecho de estar en una lata de hormigón con otras 125000 personas me parece absurdo. Si en un parque temático te cansas de todo a los dos días de estar allí, ¿cómo lo hace la gente para ir 15 o 20 veces a un parque monotemático? Será mi forma de pensar, pero yo creo que algo así solo puede hacerlo un jubilado (es el perfecto aperitivo del miraobras) o alguien con la capacidad intelectual de un insecto.


Un par de apuntes más. Uno: el que inventó los pasaportes Expo es un genio... involuntario. Una pequeña libretita concebida para niños, en la que te ponían un sello en los países que visitabas se convirtió una obsesión para más de un adulto: otro ejemplo de que no estoy hablando de una exposición sobre el agua, si no de un parque temático para adultos. Dos: el cine en 4 dimensiones. Si la cuarta dimensión es !un soplo de aire!, ¿eso que significa? ¿Qué si voy al cine y el aire acondicionado está en modo polar, y el de delante me regala con el olor a salsa barbacoa de su pizza, también estoy en un cine en 4D? ¿Y me pueden cobrar las dos dimensiones extra? Porque ya es lo que me faltaba...

El caso es que mientras estás leyendo esto, en la televisión autonómica aragonesa hay algún programador dándose de cabezazos con las paredes, intentando saber con qué va a rellenar las 4 o 5 horas diarias que dedicaban a la expo. Una sugerencia: quizás sea hora de llamar a los 4 jinetes del apocalipsis para que visiten Aragón e instalen su reino del terror, y que se pueda hacer un Aragón Directo como el resto; o probar a hacer un programa de karaoke, que eso siempre es muy socorrido.

Por cierto, a las mentes pensantes de esta ciudad ya se les ha ocurrido otro tinglado con el que obsequiarnos: quieren montar una expo sobre horticultura para 2014. Por un lado me parece lo más normal del mundo, y es que si ha habido algo que ha sido tratado a cuerpo de rey, eso ha sido el césped del recinto expo: lo han regado todos los santos días. Pero por otro lado, ¿no hubiera sido más lógico pedir ésta antes, y no cargarte la última huerta “viva” que había en Zaragoza, el meandro de Ranillas, para llenarla de hormigón con los pabellones de la Expo del Agua?

Podría seguir: los vasos de Fluvi, la falta de promoción fuera de Aragón, la falta de atención a determinados géneros dentro de la programación musical, la falta de grandes conciertos atraídos por lo que se supone que era "la mayor fiesta del agua en la tierra", el tema de las comidas... Y no me quiero meter en el tema de los pufos que va a dejar esto en las arcas del ayuntamiento, que eso va a ser de órdago. Pero bueno, como se dice por aquí, con dinero, chifletes. Y si no es el tuyo, pues aún más.

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