lunes, 29 de septiembre de 2008

Presidente por accidente

Imagina que en un país llamado Elbonia, hay dos candidaturas para presidente del gobierno. En una se presenta un hombre, con su correspondiente vicepresidente, por el partido azul. En otro, también se presenta un hombre para presidente, pero todavía no tiene vicepresidente. ¿A quién elegimos?, se preguntan en el partido rojo. ¿Qué tal si pillamos a la señora ésta? Ha sido alcaldesa de un pueblecito perdido donde Glork perdió la alpargata (Glork es un anciano elbonio, muy conocido allí), cría una familia numerosa, lleva a sus hijos al zummer (es un juego muy popular en Elbonia), y la gente de allí no tiene quejas de ella... OK, que sea ella la vicepresidenta, se dicen.

Imagina también que el partido rojo gana las elecciones, y que su candidato, llamémosle Bing, a sus 72 añazos, muere a mitad de su mandato, lo cual no es descabellado porque la esperanza de vida media de un elbonio es de 75 años. ¿Qué tenemos aquí? La vicepresidenta Nilap es la presidenta de Elbonia, y hace apenas unos meses nadie sabía ni quién era ella. El cuento de hadas se cumple, una vez más.

Puede que así contado, esto te parezca el argumento de una mala película de Disney, de esas que terminan poniendo una y otra vez en la sobremesa del fin de semana. Ahora probad a hacer esto. Cambiad “partido rojo” por “partido republicado”. Cambiad “partido azul” por “partido demócrata”. En lugar de Bing, llamémosle McCain, y en lugar de Elbonia, pongamos que estoy hablando de EEUU. Finalmente, dadle la vuelta a las letras de Nilap. ¿Qué tenemos? Un cuento, pero esta vez es de terror: creacionista, miembro de la asociación nacional del rifle, le gusta cazar, pero a la vez es una activista pro-vida, nulos conocimientos de política exterior, promueve la abstinencia entre los jóvenes, pero su hija adolescente tiene un hijo...


Nadie sabe en realidad mucho de ella, pero puede ser la persona responsable de pulsar el famoso “botón rojo”. Que Glork nos pille confesados...

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