lunes, 27 de octubre de 2008

Detachable penis

Me he levantado esta mañana con una mala resaca, y mi pene se había perdido otra vez. Me pasa continuamente: es desmontable.

Viene bien a menudo: lo puedo dejar en casa, cuando creo que me puede meter en problemas, o lo puedo alquilar cuando no lo necesito. Pero cada fin de semana es la misma historia. Voy a una fiesta, me emborracho, y a la mañana siguiente no hay manera de recordar qué es lo que hice con él.

Primero busco por mi apartamento, pero no consigo encontrarlo. Así que llamo al sitio de la fiesta de anoche, pero tampoco lo han visto allí. Les pido que miren en el botiquín, porque por alguna razón me lo dejo allí a veces, pero no esta vez. Les digo que si lo ven por allí que me avisen, y llamo a gente que recuerdo que estuvo en la fiesta, pero no hay suerte.

Estoy empezando a desesperarme, y es que no me gusta estar demasiado tiempo separado de mi pene. Me hace sentir que soy menos hombre, y odio tener que sentarme cada vez que quiero echar un meo.

Después de buscar durante horas por casa, y llamar a toda la gente que tengo en la agenda, empezaba a sentirme bastante depre, así que me bajo al Kiev y desayuno. Entonces, mientras bajaba por Second Avenue hacia St. Mark's Place, donde venden libros usados y basura por el estilo, vi a mi pene echado sobre una manta, junto a un horno desvencijado: ¡un tipo lo estaba vendiendo!

No me quedó más remedio que comprárselo; quería 22 pavos, pero regateé hasta sacárselo por 17. Me lo llevé a casa, lo lavé, y me lo volví a poner. Volvía a ser feliz. Completamente feliz. Hay quien me dice que lo debería llevar puesto siempre, pero no sé. Aunque a veces sea un coñazo, me gusta tener un pene desmontable.


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