Imaginad por un momento que estáis en mitad del desierto de Arabia. Por casualidades del destino, estáis perdidos en medio de ese mar de arena. El sol sigue pegando en todo lo alto con toda su fuerza, y habéis llegado a un momento en el que el cerebro empieza a jugaros malas pasadas. En un determinado momento, véis algo en mitad de la nada. ¡NO PUEDE SER! ¿Que hace semejante pivón en ninguna parte, perdida en el desierto?
Y es verdad, no puede ser. Abramos un poco el plano, como si de el zoom de una cámara se tratara, y veamos la imagen “completa”:
Si de verdad hubiéramos estado perdidos en medio del desierto, puede que este helicóptero de los marines fuese nuestra salvación (siempre y cuando no te confundan con un iraquí, con un soldado británico, con uno de los suyos, o con cualquier cosa que se mueva, que entonces ya puedes darte por jodido: cosas del fuego amigo). ¿Son, o no son unos “jachondos” los marines? Si ya lo dice el refrán: el que no tiene que hacer, con el culo caza moscas, o pinta tías en pelotas como camuflaje...
lunes, 24 de marzo de 2008
El espejismo camuflado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario