Hay un curioso fenómeno que se da en los telediarios casi a diario, y que me molesta bastante, que viene a ser la constante demonización que se hace de internet. Una herramienta que ha mejorado y facilitado el trabajo en casi todos los aspectos de nuestra vida, y que solo es noticia cuando hay estafas, pederastas o fraudes por en medio. Pero rara vez se habla de forma positiva de internet, cuando es, ni más ni menos, que un espejo en el que se mira la sociedad, ya que esas estafas y esos fraudes se dan en la “vida real”, y los pederestas al fin y al cabo son personas de carne y hueso. Pero estos delitos reales normalmente no venden tanto, ¿verdad?
Por otro lado, esta cara negativa de la red de redes se ve expuesta a las ansias reguladoras de los jerifaltes de turno, lo cual no deja de ser inquietante: Si nadie nos prohibe andar por la vida a “pecho descubierto”, a pesar de todos los peligros que nos acechas, ¿por qué internet debe ser diferente? La respuesta a esto no es sencilla, ni mucho menos, porque hay un factor en internet que no está presente en la vida real, y es el poder actuar desde un cierto anonimato. Y es que el actuar de forma anónima envalentona a muchos, y da la confianza necesaria a otros para hacer cosas que no harían si no fuera por saber (o creer saber) que no se puede relacionar sus actos con su persona.
Un último apunte, sobre el tema de los fraudes por internet. Si sigue habiendo gente a la que timan por internet es por una de estas dos razones: o bien por desconocimiento, lo cual tiene perdón (y es que nadie nace aprendido), como en muchos casos de phising; o por avaricia, y aquí no hay excusas que valgan.
miércoles, 13 de agosto de 2008
Demonizando internet
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