Cual teletienda, hoy voy a enseñaros un método milagroso para forrarse, aunque puede que el resultado no sea muy estético, ni ético tampoco.
Para ello, se necesita una pequeña porción de tierra, mucha caradura, y un buen puñado de hormigón. Véase el caso del Mar Menor, en Murcia.
El antes.
El después.
Conclusión: constructores forrados, y a poco que el tito Gore acierte el tiro con el cambio climático, se consigue crear la Venecia del Mar Menor, ciudad de vacaciones. Y que venga el Niño con las rebajas.
viernes, 2 de noviembre de 2007
Antes y después
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