Si tuviera que elegir la filosofía de vida de algún personaje de finales del siglo XX y lo que llevamos de XXI, estoy seguro de que escogería a Homer. Ya sé que es solo un personaje de ficción, pero llevo tanto tiempo aprendiendo de su infinita sabiduría, que creo que si crearan la iglesia homersimpsoniana, me apuntaría sin dudarlo, y no a esas mierdas como la cienciología o la cábala. Y es que de su boca no hacen si no brotar magníficas perlas de sabiduría, entre las que se encuentran algunas de éstas, que para sí quisieran muchas sectas como mandamientos.
Te advierto que si vas a enfadarte conmigo cada vez que haga una estupidez, no tendré más remedio que dejar de hacer estupideces.
¿Y qué pasaría si nos equivocamos de religión y cada domingo hacemos enfadar más y más a Dios?
Hijos, os esforzasteis. ¿Y para qué? Para nada. La moraleja es: No os esforcéis.
Las respuestas a los problemas de la vida no están en el fondo de un vaso, sino en la televisión.
Jesús, Alá, Buda, os quiero a todos,¡salvadme!
¿Por qué es tan importante ir a ese edificio los domingos? ¿No está Dios en todas partes?
Por la cerveza, causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida.
Es mejor ver cosas que hacer cosas.
No mentía, escribía ficción con los labios.
Todo lo que cueste más de 12 pasos no es digno de merecer la pena.
Hijo mío, si quieres algo tienes que luchar por ello, y ahora calla que van a dar los números de la loteria.
Ya se que todos las hemos escuchado cienes y cienes de veces, pero ¿es, o no es un sabio el tito Homer?
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