Igual que hablé de la una de las empresas más importantes del mundo, (Micro$oft), hoy le toca a otra gran corporación: Ikea. Y es curioso: mientras que la primera es vista por mucha gente como una compañía sin escrúpulos (entre los que me incluyo), que no hace más que productos chapuceros con los que ha inundado el mercado hasta situarse casi en situación de monopolio (como así indican las peazo de multas que le clava de vez en cuando la comisión europea), la segunda ha crecido y crecido, y creo que hay muy poquita gente que tenga malas palabras hacia ella, hacia sus productos, o su estrategia comercial, quitando el hecho de que te tengas que montar tu los muebles.
Y lo ha conseguido llevando “el buen rollo”, el “karma”, o como queramos llamarlo, a todo lo que hace, por lo menos de puertas afurea. Pero quizás no sea oro todo lo que reluce.
Por ejemplo, la estructura corporativa de IKEA es extremadamente compleja, y se vale de distintas fundaciones sin ánimo de lucro y empresas “fantasma” ubicadas en paraísos fiscales, con el fin de pagar menos impuestos de los que pagaría con una organización más convencional. IKEA está controlado por el holding INGKA, que a su vez está controlado por la fundación sin ánimo de lucro con el mismo nombre, la cual no tiene que declarar impuestos. ¿Cómo hacen entonces los Kamprad, propietarios de todo este tinglado, para recoger los beneficios? Pues muy sencillo (o no tanto): se cargan gastos millonarios en las cuentas en el capítulo de “Otros” a cobrar por un grupo empresarial ubicado en un paraíso fiscal como pueda ser Luxemburgo, y que controlan los Kamprad.
Continuando con la fundación INGKA, dedicada supuestamente a “la innovación en arquitectura y diseño de interiores”, nos encontramos con que es la entidad sin ánimo de lucro más importante del mundo en cuanto a dotación económica (36000 millones de $), superando incluso a la mucho más conocida fundación de los Gates (33000 millones de $). A pesar de ello, apenas si hace actos “caritativos”, ya que al estar radicada en Holanda, no tiene porqué justificar sus gastos en modo alguno, de modo que IKEA lava su cara colaborando con ONGs como Unicef, pero a niveles ínfimos comparados con el dinero que tiene a su disposición.
Son listos los jodíos, ¿eh?
Para más información, Wikipedia
jueves, 29 de noviembre de 2007
Ikea, la multinacional del buen rollito.
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