Continuando la senda que empecé el viernes pasado, hay que decir que el humor también se ha cultivado de forma activa en la literatura española. Las greguerías, por poner un ejemplo, son pequeños textos, normalmente de una sola frase, que expresan de una manera original y aguda pensamientos de todo tipo: humorísticos, filosóficos, etc.
Para que sepáis de que estoy hablando, aquí os dejo unas pequeñas píldoras de Ramón Gómez de la Serna, padre del género.
Carterista: caballero de la mano en el pecho... de otro.
Al calvo el peine le sirve para hacerse cosquillas paralelas.
Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
Lo mejor de las estatuas yacentes es que no tienen que hacerlas la cama todos los días.
Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras lo que pierde a los hombres es que creen que todas las mujeres son diferentes.
Aquel tipo tenía un tic, pero le faltaba un tac: por eso no era un reloj.
La mujer sin medias da más miedo, porque lleva sus locas piernas sin camisa de fuerza.
A los presos los visten con pijamas de rayas para ver si vestidos de rejas no se escapan.
Las croquetas deberían tener hueso, para que pudiéramos llevar la cuenta de las que comemos.
Si el mar está tan limpio, es porque se lava con todas las esponjas que quiere.
¿Por qué serán tan negados los fabricantes de teteras que insisten en crear teteras cuyas asas queman?
Para saber más de Ramón Gómez de la Serna
1 comentarios:
Acojonante...verdades como puños
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