Ayer hablaba de como las noticias habían ido derivando poco a poco en un programa de sucesos, y hoy voy a hablar de otro fenómeno relacionado con los telediarios, y no es otro que la costumbre/manía que tienen en sus redacciones en hacer año tras año, sin excepción, los mismos reportajes una y otra vez. Y lo malo no es hacerlo de cosas con importancia, si no que lo hacen de auténticas chorradas:
Que acaba el verano, pues todos a entrevistar a la gente que vuelve de vacaciones para preguntarles como se toman la vuelta al curro: ¿pero es que no lo sabéis ya? ¿Qué no tienen vacaciones o qué? Que llega septiembre y con él los coleccionables, pues seamos originales! Saca al becario, antes de que se le termine la beca de verano, y que se pase por el kiosco a ver que novedades hay este año. Y como los coleccionables son los mismos, pues el reportaje termina siendo el mismo. Y así con montones de cosas: los niños de San Ildefonso, la entrevista a pie de gasolinera en la operación salida (¿vaya atasco, eh? ¿Cuánto le ha costado venir de Valencia? ¿Ocho horas? Pos como el año pasado...), la temporada de la trufa, la plaga de medusas, y más cosas que ahora no me acuerdo.
No me extraña que luego aparezca en la playa un tiburoncillo de poca monta, y se convierta aquello en un chow que ni jolibú.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Telediarios (II)
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