Gracias a Google, nos hemos ido acostumbrado a que cuando hay que buscar alguna dirección, algún tipo de negocio cerca de donde vivimos, o encontrar el camino para ir a cualquier sitio, echamos mano de Google Maps. Y también nos hemos acostumbrado a que esos destinos estén marcados con pequeños iconitos rojos, con sus correspondientes letras, como podéis ver en esta imagen, por poner un ejemplo.
Claro, que puestos a pedir, casi mejor que cuando vayamos al sitio en cuestión, tuvieramos bien a la vista la marquita de marras. Eso es lo que debió pensar Aram Bartholl, que ni corto ni perezoso, sacó los capítulos que tenía grabados de Bricomanía, y se puso a ello. Así es como al poco tiempo, en pleno Berlín te podías encontrar una enorme marca de Google Maps en algunos puntos de su geografía:
Y por si hay alguien que quiera imitarlo, dejó también grabado el “making-off” del invento:
Más sobre las marcas de Google Maps a tamaño real.
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