jueves, 17 de abril de 2008

La isla de Baal

Hoy os traigo un problema perteneciente al libro ¿Cómo se llama este libro? de Raymond Smullyan. Trata sobre la isla de Baal:

La isla de Baal es una misteriosa isla en la que quien supera las pruebas pertinentes puede llegar a conocer la respuesta al misterio último del universo: ¿por qué existe algo en lugar de nada? Para conseguir la posibilidad de realizar la pregunta a alguien que nos pueda contestar los aspirantes deben realizar tres grupos de pruebas, teniendo en cuenta que cada habitante de la isla puede ser un caballero (que siempre dice la verdad) o un escudero (que siempre miente).

Partimos del Santuario Exterior, donde nos realizan tres preguntas. Si las superamos pasamos al Santuario Medio, donde seremos interrogados de nuevo en tres ocasiones. Superada esta parte tendremos la posibilidad de acceder al Santuario Interior pasando una única prueba más. Allí tendremos la posibilidad de realizar nuestra pregunta.

La historia coloca a un filósofo como aspirante. El problema que os propongo parte de que nuestro personaje ya ha superado las dos primeras tandas de preguntas. Por tanto se dispone a pasar del Santuario Medio al Santuario Interior. Para ello debe superar, como dijimos antes, una única prueba, que consiste en lo siguiente:

Hay cuatro puertas que conducen fuera del Santuario Medio: X, Y, Z y W. Al menos una de ellas nos lleva al Santuario Interior. Si alguien entra por una puerta equivocada (es decir, que no nos lleve al Santuario Interior) será devorado por un feroz dragón.

Delante de las puertas nos encontramos ocho sacerdotes: A, B, C, D, E, F, G y H, cada uno de los cuales es o caballero o escudero, pero no sabemos quién es de cada tipo. Cada uno de los sacerdotes le dice algo a nuestro filósofo. Éstos fueron los enunciados:

A: X es la puerta buena.
B: Al menos una de las puertas Y, Z es buena.
C: A y B son caballeros.
D: X e Y son puertas buenas.
E: X y Z son puertas buenas.
F: O el sacerdote D o el E son caballeros.
G: Si C es caballero, entonces F lo es.
H: Si G y yo somos caballeros, entonces A lo es.

La pregunta es bien sencilla: ¿Qué puerta debería escoger el filósofo?

Tenéis unos días hasta que ponga la solución: a ver si os animáis, y conseguís dar con la puerta buena (y cómo, que es casi más importante).


Visto en Gaussianos

2 comentarios:

Pablo dijo...

Parece que soy el primero (o el único) que lee este acertijo.
Primero se va a por el sacerdote que habla sobre si mismo (craso error), el H. Si fuera escudero su frase sería falsa y, por tanto, nos estaría diciendo en realidad que él mismo y el sacerdote G son caballeros y el A no lo es, lo que se contradice con que sea escudero. Así que H es caballero.

Como nos podemos fiar de él, tenemos que ver si G es caballero o no para saber si hacerle caso a A.
Si G fuera escudero, nos estaría diciendo que C es caballero y F no lo es, lo que implicaría, según lo que dice C, que A y B son caballeros también. Esto implicaría, según A que X es la puerta buena y según B que o bien Y o bien Z son una puerta buena. Sin embargo, que F sea escudero, nos desvela que tanto D como E son también escuderos y, por tanto, las puertas X e Y según D y X y Z según E no son puertas buenas todas. Como sabemos según A que la puerta X es buena, ni Y ni Z deberían serlo, pero esto contradice lo desvelado por B. Se llega a un callejón sin salida que nos indica que la hipótesis de que G era escudero es falsa, y, por lo tanto, G es caballero.

Como G y H son caballeros, y haciendo caso a H, sabemos que A es caballero también y que, por tanto, X es la puerta buena.

¿Qué premios da el casino por esto? :)

bender21 dijo...

Pues si, esa es la respuesta (ahora que me doy cuenta, esta es la última vez que digo de donde he sacado un acertijo, vaya fallo...).

En cuanto a lo del premio, se siente, pero sin apuesta no hay premio que valga, por mucho que esto sea un casino.

Un saludo

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